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Bloomberg — Grupo Financiero Banorte, el mayor banco de propiedad mexicana, creará 800 puestos de trabajo a medida que la nación se convierte en destino de fábricas que buscan trasladarse desde países lejanos para estar más cerca de Estados Unidos.

La empresa, que emplea a más de 30.000 personas en México, aumentará su plantilla para aprovechar la tendencia conocida como nearshoring, dijo el presidente del banco, Carlos Hank González.

Los nuevos puestos de trabajo abarcarán desde marketing hasta atención al cliente, y la mayoría de las contrataciones se producirán en la división mayorista para ofrecer servicios a pequeñas y medianas empresas.

“Es una extraordinaria oportunidad para México, y específicamente para el norte”, dijo en una entrevista en Nueva York. “Tenemos la capacidad, al ser un banco local, de apoyar estas inversiones”. Banorte apuesta a que el auge del nearshoring, o deslocalización, impulsará una ola de migración hacia el norte del país desde los estados del sur, lo que creará demanda de hipotecas y préstamos para pequeñas empresas, dijo Hank González tras reunirse con inversionistas el martes 28 de marzo. El banco es el tercero más grande de México por activos, después de BBVA y Santander, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, o CNBV.

Según un informe publicado este mes, el banco calcula que la deslocalización generará US$168.000 millones en nuevas exportaciones en los próximos cinco años. Esto representa alrededor del 6,2% de las exportaciones no petroleras en 2022, señala el informe. Aun así, el país debe mejorar su infraestructura pública, ofrecer incentivos a la inversión e integrar regiones que aún no están en la cadena de suministro para atender a los mercados extranjeros, agrega.

Banorte se une a una serie de empresas en Wall Street, desde Citigroup a Barclays , que ha destacado la evidencia del cambio. Otros, como el gigante de las telecomunicaciones América Móvil SAB, del multimillonario Carlos Slim, planean vender bonos globales denominados en pesos mexicanos para aprovechar la demanda de la divisa.

Entre las nuevas inversiones que están comenzando a llegar, Tesla Inc. anunció que construirá una nueva planta, cuyo costo ascendería a miles de millones, según estimaciones de las autoridades mexicanas. Por su parte, BMW AG informó el mes pasado que invertiría €800 millones en su planta de San Luis Potosí.

Los gestores de fondos ya se están beneficiando de esta tendencia. El optimismo sobre el flujo de dinero hacia el país a medida que las empresas se instalan es, en parte, la razón por la que el peso mexicano se ha disparado alrededor de un 7% frente al dólar en lo que va del año, más que cualquiera de sus 16 principales pares que analiza Bloomberg.

El economista jefe de Banorte, Alejandro Padilla, dijo que espera que el peso se mantenga cerca de los niveles actuales de 18,2 por dólar, al menos hasta fin de año. “Es la apuesta de los inversionistas por una historia muy positiva para México”, afirmó.